Tema: Nuevos valores en Economía, entrevista realizada por Juan Pablo Bueno de la Economía de Francisco México, la cual se puede ver aquí: https://www.facebook.com/eofmexico/videos/508815103554536
Presentación de Juan Pablo
Muchas gracias por involucrarme en este espacio para compartir sobre las reflexiones que he ido cultivando a partir de diferentes experiencias que he tenido:
Antes de ir a los valores, quisiera compartir precisamente las experiencias a partir de las cuales
- Experiencia de comunidad en el pueblo de mis antepasados, en el Colegio Salesiano, en grupos de la Fraternidad Sacerdotal San Juan de Ávila en Guadalajara y en Bogotá.
- Críticas al sistema económico predominante (capitalismo neoliberal) y a la teoría que lo legitima en la Universidad Nacional de Colombia.
- Propuestas heterodoxas a nivel macroeconómico en la Universidad y a nivel microeconómico a través de la EBC y la EdC, la cual pude vivir en la Mariápolis El Diamante, a través del voluntariado de Proyecto Milonga
Preguntas: 1. ¿Qué valores se requieren para vivir una nueva economía?
Sin duda, todo sistema económico, político y social tiene unos valores intrínsecos que son los que rigen sus dinámicas internas. La teoría ortodoxa en Economía (“neoclásica”) postula que los agentes desean maximizan su utilidad personal, lo cual en la práctica del sistema capitalista se traduce en la acumulación de dinero.
Podemos ejemplificar claramente este argumento con los “indicadores de éxito” que rigen tanto en el ámbito micro, como en el macroeconómico. En lo micro predominan los balances financieros y en lo macro lo que manda la parada es el PIB.
Pero enfocarse en el dinero es lo propio de la crematística, no de la economía. La economía etimológicamente significa «administración del hogar, de la casa», en el sentido de que la producción, distribución y consumo de bienes y servicios apuntan a satisfacer necesidades humanas. Entonces el valor que debe importar más que el dinero, es el bienestar humano. Volver a poner en el centro a las personas.
“El bien común es el conjunto de condiciones que hacen posible el desarrollo de toda la persona y de todas las personas”.
Entonces, si es el bien de toda la persona y de todas las personas, esto nos remite inevitablemente a los valores de la “Igualdad, Libertad y Fraternidad” que fueron muy difundidos por los revolucionarios franceses en 1789; pero podemos encontrar estos valores desde la Antigüedad, especialmente en la cultura judeocristiana.
- Solo reconociendo la dignidad inalienable de cada persona -a pesar de la diversidad de sexo, edad, raza, religión, nacionalidad, clase social- posibilita reconocernos como iguales
- Por su dignidad, el ser humano puede pensar y actuar libremente, sin presión o coacción externa. La persona aprecia y defiende su libertad porque sólo cuando la asume puede desarrollar sus gustos, aptitudes y talentos personales.
Según “la libertad” es defendida a capa y espada en el capitalismo; y en el otro extremo encontramos que “la igualdad” tan proclamada en el socialismo.
Ante la caída de la URSS en 1991, parecía entonces que el único modelo posible es el del capitalismo. Y durante estas décadas ciertamente Estados Unidos se ha alzado como la superpotencia global; pero con el ascenso imparable de China con su modelo socialista, vuelve el debate en torno a los modelos económicos.
Sin embargo, citando a Antonio Maria Baggio “el principio que ha quedado olvidado ha sido el de la fraternidad”. Es decir, cultivar relaciones como si fuéramos hermanos.
Tratarnos como hermanos tiene como unos tres pasos:
- La reciprocidad, o sea, corresponde ante el don que me ofrece el otro
- La solidaridad, implica el sumarme o apoyar a otro u otros con mis cosas y mi tiempo, aunque él no me esté dando nada como tal
- La gratuidad, que consiste en entregarme al otro (no solo darle cosas), no sólo sin que él me haya dado o me prometa algo, sino sin esperar nada a cambio
Todo ello se puede simplificar en la siguiente palabra: AMAR.
Estos valores son prácticamente desdeñados o ignorados tanto en la teoría como en la práctica económica; pero son esenciales para una vida humana plena. Y si queremos humanizar la economía, también debemos trasladarlos a las empresas y a los gobiernos.
- El camino hacia una nueva economía pasa por el cuidado de la casa común. Esto nos lleva a hablar sobre ecología integral. ¿Qué experiencias y valores has vivido en este campo?
Sin duda que vivir todos estos valores anteriormente señalados también nos abre la puerta hacia el cuidado de la creación.
La contaminación provocada por la emisión de gases de efecto invernadero está generando el calentamiento global, con las consecuencias directas del deshielo de los polos y el ascenso del nivel del mar, así como la presencia de eventos climáticos extremos. Tanto la escasez de agua, como su exceso son perjudiciales para el desarrollo de la vida humana y no humana.
El modo de producción lineal y el estilo de vida consumista generan muchos residuos que contaminan gravemente el aire, el agua y la tierra. Esto es insostenible porque lo que se vierte sobre ellos es más de lo que podrían absorber o degradar en forma natural. Por eso vemos tantos lugares contaminados, que se vuelven focos de infección para plantas, animales y personas.
México es considerado un país megadiverso porque hace parte del selecto grupo de naciones que poseen la mayor cantidad de diversidad vegetal y animal. Pero lamentablemente la contaminación y la sobreexplotación ha conducido a una creciente pérdida de hábitats que ha llevado al deterioro de dicha biodiversidad
Debemos vincularnos para la defensa del agua, de la tierra y de las especies que habitan los ecosistemas. Y dado que compartimos problemas, ¡nos debemos unir!
El Papa Francisco en especial ha dado mucho énfasis a estas temáticas y quiere que la Iglesia, en todos sus niveles, esté en salida hacia las periferias, en especial con su encíclica social de la Laudato Si’ publicada en 2015 y el sínodo para la Amazonia convocado en 2019.
No es en vano que después de estos eventos, el Papa convocara a los economistas y emprendedores, especialmente a los jóvenes, a “la Economía de Francisco” en 2020.
¿Por qué?
Porque “la economía está en el centro de la problemática socio-ecológica dado que los humanos satisfacen sus necesidades individuales y colectivas a través de la transformación de la naturaleza”.
Entonces es inevitable implementar cambios radicales en nuestros modos de consumo, pero también de producción.
- Como estudiante y ahora profesional en el campo de la Economía, ¿cuál ha sido el reto más grande que has enfrentado al aplicar y vivir estos valores?
Sin duda, el primer gran reto en todo esto es la SENSIBILIZACIÓN PERSONAL.
Gracias a Dios, yo he tuve una sensibilización importante sobre estos temas a partir de las experiencias que he podido tener a lo largo de mi vida.
Después está la SENSIBILIZACIÓN EN EL ENTORNO, tanto con los familiares, como con los compañeros y luego en los ambientes laborales. En los trabajos que he colaborado he tratado de hacerlo
- Consultoría para la Contraloría General de la República de Colombia en la evaluación de la cobertura y el financiamiento del Programa de Alimentación Escolar: poniendo el foco en que efectivamente se incremente la cobertura de los beneficiados y se puede tener una mayor eficiencia en el gasto público involucrado.
- En la evaluación que hicimos en la Universidad sobre los componentes teóricos enseñados y reproducidos en las principales Facultades de Economía de Colombia. Finalmente haciendo la invitación para que se enseñe de manera íntegra la teoría y también la propuesta para que se involucren temas de economía feminista y ecológica.
- En la Mariápolis El Diamante, donde pude estar por varios meses a través del voluntariado del Proyecto Milonga, me di cuenta de diferentes oportunidades de acción. Y tras un tiempo de sensibilización y diálogo comunitario se construyó un lombricompostero -con el apoyo de Economía de Francisco y Economía de Comunión Puebla- para el manejo de los residuos domésticos orgánicos que allí se producen.
Entonces puedes ver que los componentes para afrontar el reto de la crisis socioecológica global son: la SENSIBILIZACIÓN PERSONAL, LA SENSIBILIZACIÓN DEL ENTORNO Y LA ACCIÓN.
Finalmente, vale la pena advertir que estos no son pasos lineales, sino componentes a los cuales volvemos en forma permanente en esta “CONTEMPLACCIÓN”. Y retomo la palabra contemplación, porque si sólo nos fijamos en los problemas nos agotamos; más bien contemplemos la bondad de las personas y de toda la Creación. ¡De ahí viene la fuerza y el ánimo para la acción!